Imagen, rotulación, impresión y comunicación digital

Diseño gráfico
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Es sabido que la mente humana, es capaz de captar mejor las ideas que se le quieren dar a entender a través de imágenes, de ahí la importancia que tiene el diseño gráfico en estrategias de marketing.
El diseño gráfico, es sin duda la mejor manera de comunicarse visualmente con las personas, y dar un mejor enfoque de lo que se quiere comunicar, son diseños que contienen objetivos bien definidos usando en ellos texturas, colores y formas determinadas para traducir una comunicación mucho más efectiva al público a quien van dirigidos los mensajes publicitarios.
El marketing básicamente se traduce en publicidad y no hay mejor forma de hacerlo que con la utilización de esta área tan creativa como lo es el diseño gráfico.
El logotipo de tu negocio es importante ya que es a través de el como tus clientes te reconocen; puede reflejar tu personalidad o en el caso de una empresa, los valores y principios. No solo eso, un logotipo es también la herramienta de marketing más poderosa que existe. En consecuencia, al pensar en el diseño de un logotipo para tu empresa, es importante que acudas a los profesionales en el diseño y el manejo de la imagen.
Imagino... Un "departamento" financiero con un músico, un poeta, un pintor, una actriz y un antropólogo. Este "departamento" representa la precisión y la integridad. Pero es también un socio empresarial chispeante. Sus componentes no se ocultan detrás de densas y oscuras hojas de cálculo plagadas de cifras arcanas. Son excitantes. Y claras. Y bonitas. Porque estos "tipos de finanzas" de nueva generación están impulsados por el diseño.
La mayor parte de las personas consideran el diseño como algo superficial, algo "que embellece" y un maquillaje a posteriori. Pero en la tierra de Apple, de Sony y de Nokia el diseño es la antítesis de todo esto. El diseño trata del "alma". El diseño es lo primero. El diseño dirige y define la empresa y su proposición de valor fundamental.
A corto plazo, la globalización sigue teniendo sus pros y sus contras, un objetivo respetable pero confuso y en extremo escabroso por lo que se refiere a su impacto inmediato. Las olas del cambio tecnológico nos engullen y nos confunden. Los escándalos empresariales entran en erupción. Los que fueron en un tiempo titanes poderosos —las grandes empresas y sus directivos— caen como moscas y hay una nueva economía.
Podemos crear un buen concepto de diseño y convertirlo en un producto atractivo, pero esto no significa que esté destinado a convertirse en un gran producto y un buen negocio. Un buen producto puede alcanzar un éxito moderado, obtener algunos premios o ganar publicidad en los foros de Internet. Sin embargo, la diferencia entre él y un gran producto consiste en que este último encarna una idea con la que la gente se identifica emocionalmente.
Diseñar un producto parecido al iPhone es posible, y ya existen compañías que lo están haciendo, pero nada garantiza que alguno de ellos llegue a triunfar en el mercado y se imponga al teléfono táctil de Apple. A menos que tengamos una idea clara, que se refleje en el aspecto, en el funcionamiento y las características de un producto, en la manera en cómo se publicita, se cuida su marca y la gente se identifica con él, las posibilidades de verlo convertido en un buen negocio serán escasas.